la escultura

El Camino de Santiago es una experiencia maravillosa que a lo largo del recorrido acumula buenos y malos momentos, y estos momentos están representados en las irregularidades de esta singular escultura.

Estas irregularidades representan las montañas, montes y senderos que se realizan con esfuerzo. Simbolizan el cansancio y el dolor, pero también la ayuda, el respeto y el cariño experimentado a lo largo del Camino.

El Camino adopta en esta escultura una forma circular, que expresa por un lado el movimiento, el andar del Peregrino, y por otro lado, el círculo representa el infinito, la Universalización del Camino.

Unas muescas idénticas se presentan a lo largo de la cinta de acero cortén. Señalan las diferentes etapas del Camino de Santiago, y en el principio de esta cinta podemos apreciar la Cruz de Roncesvalles, por ser el punto de partida elegido por muchos peregrinos para iniciar el Camino.

Debemos destacar la dificultad de ejecución de esta Obra, al curvar el acero cortén y al no presentar ni una sola soldadura. Da la impresión de que la cinta de la Estela pudiera desenrollarse para presentarnos el Camino. Esa impresión representa el deseo y el nerviosismo del recorrido que queda por andar.

Cabe destacar también la tipografía antigua del pedestal, donde se indica el Título de la Obra, representado de la misma manera que en muchos documentos antiguos: «ESTELA DL CAMINO».

Al final de la Estela, en el centro, no encontramos nada. Sólo el vacío que cada peregrino llena a su manera, con su historia, sus experiencias y su caminar.