Se dice que el primer herrero fue Vulcano, el Dios del Fuego y los Volcanes en la mitología romana, encargado de proteger la Artesanía, la Herrería, la Escultura, la Metalurgia y el Fuego.

Los primeros forjadores son los hombres que separaron el hierro del mineral, operación que lograban golpeando con piedras hasta conseguir herramientas útiles. Desde entonces las variaciones en este gremio son mínimas, conservan todas sus técnicas y belleza.

En ningún pueblo faltaba un Herrero que consiguiera dar forma a los deseados utensilios de sus Clientes, por lo que eran considerados los principales factores de la economía.

Con la Revolución Industrial se exigía una mayor producción a un menor coste, lo que supuso que muchos talleres cambiaran su forma de trabajar. Los discípulos de aquellos que fueron fieles a las técnicas tradicionales, son los que han permanecido hasta el día de hoy.